El pasado domingo 1 de junio su periódico publicó un artículo, en el que un mando del SEPRONA y un representante de la Federación Aragonesa de Pesca y Casting opinaban acerca del aumento de prácticas ilegales realizadas por pescadores del Este en las aguas de nuestra comunidad. Infracciones que cuando se detecten, sin ninguna duda, deben ser perseguidas y castigadas como en derecho proceda sin mirar la procedencia del infractor. Pero creemos que al hablar de este tema deberíamos reflexionar un poco más
En dicho artículo se manifestaban algunas afirmaciones que pueden haber sembrado dudas a los practicantes de este deporte y que querríamos aclarar. Nos referimos al derecho que tiene un pescador de poderse comer cuantas piezas capture siempre y cuando esté contemplado en la actual normativa.
A este respecto recordar que las principales regulaciones legislativas en materia de pesca fluvial vigentes en Aragón son las siguientes:
1. La Ley 2/1999, de 24 de febrero, de Pesca en Aragón.
2. El Decreto 25/2008, de 12 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley de pesca en Aragón.
3. La Orden de 26 de marzo de 2008, del Departamento de Medio Ambiente, por la que se aprueba el Plan General de Pesca de Aragón para el año 2008.
Estas tres normativas constituyen la legislación básica que todo aficionado a la pesca debería conocer a la perfección y entre muchas materias fijan las especies objeto de pesca, las dimensiones mínimas de captura, el cupo diario permitido, etc. En ningún lado prohíbe comerse a los peces capturados siempre y cuando sean objeto de pesca en las aguas en las que nos encontremos y no de una especie considerada como de captura y suelta.
También clasifican las especies introducidas que según la Orden Anual del 2008 son las siguientes: Siluro, Escardino, Pez Sol, Lucioperca, Alburno, Rutilo y Cangrejo rojo o americano. Ordena dicha norma a sacrificar de manera inmediata, tras su extracción del agua los ejemplares que se capturen y vayan a ser trasladados por el pescador de estas especies foráneas. En todo caso recomienda, con carácter general, la extracción y sacrificio de los ejemplares que se capturen de las citadas especies, salvo la lucioperca en el embalse de Ribarroja.
Y es aquí cuando manifestamos nuestra disconformidad con las opiniones versadas en el artículo citado cuando se tilda a “los pescadores del Este” como expoliadores de peces cuando en la mayoría de los casos son los únicos que cumplen con las sabias recomendaciones de la normativa de pesca aragonesa que pretende proteger a nuestros peces autóctonos de la vorágine y competencia de los peces centroeuropeos, introducidos de manera ilegal por “pescadores” de mayor poder adquisitivo que los citados en el artículo y de cuyas tropelías sí echamos en falta alguna crítica.
En el artículo se dice: “Destinan a la alimentación prácticamente todo lo que extraen, incluso carpas, lo cual es casi imposible aquí”. Aquí puede serlo ahora pero no hace algunos años y en países tan civilizados como los centroeuropeos la carpa es el plato típico en Navidad. Nos parece abusivo asegurar que esta práctica, comerse los peces que legalmente se pescan, puede llegar a romper el equilibrio biológico. Los embalses aragoneses quedaron rotos biológicamente cuando se construyeron las presas que cerraron el paso de las migraciones de nuestros peces. Quedaron condenados a muerte ictiológicamente hablando cuando algunos iluminados introdujeron desde Centroeuropa o América del norte enormes y voraces peces foráneos, o pequeños y prolijos peces pequeños, enormes competidores de nuestra fauna fluvial. Y han quedado sepultados en vida cuando con esas traslaciones ilegales hemos llenado de larvas de moluscos invasores la cuenca hidrográfica que nos abraza.
Como hemos dicho debemos perseguir las prácticas ilegales pero no debemos colgar el San Benito de ilegales a la mayoría de los pescadores del Este porque la mayoría son muy buenos pescadores y la sociedad puede confundir la realidad y se puede crear un estado de desconfianza hacia los oriundos del Este sin ninguna razón de ser. Es normal que se incrementen las infracciones de pesca en personas oriundas del Este desde hace unos años, simplemente antes no estaban aquí.
El problema de nuestros ríos y pantanos no viene del Este, sería bueno que reflexionáramos, estudiáramos el problema y todos juntos nos pusiéramos a trabajar, a buscar soluciones. Todo sea por nuestros ríos, embalses y fauna fluvial.
ARTÍCULO DE HERALDO DE ARAGÓN 1-6-2008
La legislacion en materia de pesca en Aragon establece que ademas de las multas economicas los agentes del seprona deben decomisar aparejos y cañas y devolver al agua todos los peces que sigan vivos.